Cielo levantado
Tlayudas de maíz quebrado, ladrillos y diversos alimentos en polvo: coco, vainilla, consomé, cebolla, maíz azul, frijoles bayos, chocolate, pimentón rojo, pimentón naranja, pistache, apio, pepita, mole verde, mole especial, mole de oaxaca, chile piquín, chile guajillo, chamoy, cilantro, ajo, camarón, adobo, clavo y pimienta negra.
Instalación, medidas variables.
2011
Durante 7 meses estuve alejada de mis hábitos alimenticios y de las costumbres culinarias de México; alimentándome básicamente de pastas, comida vegetariana y sobre todo de trigo gracias a la vasta oferta de pan alemán. Después de 3 meses de estancia, extrañaba muchísimo la comida mexicana, especialmente aquella hecha a base de maíz. Extrañé también la abundancia y amplia variedad de nuestros mercados, en donde las frutas y verduras están siempre frescas y coloridas; que podemos escoger entre ocho tipos de chiles en vez de sólo uno; y que no necesitamos rallar el aguacate para unterlo en el pan.
Al regresar a México, decidí realizar una pieza para enaltecer el maíz y el colorido de la comida que caracteriza a nuestra cultura. El trabajo consistió en una instalación hecha con tlayudas de maíz quebrado, las cuales recorté en diversos tamaños y cubrí con alimentos en polvo. Con estas tlayudas "coloreadas", realicé una especie de "ojo" que colgaba del techo; mientras que en el piso, se encontraba la mezcla homogénea de todos los alimentos que había utilizado. Al principio, tenía la idea de que obtendría un color gris en la mezcla; curiosamente, el color resultante fue exactamente el mismo color que tienen los ladrillos. Concluí la pieza dejando ladrillos rotos, a manera de ruinas, en medio de la mezcla de alimentos. Nombré a esta pieza Cielo Levantado a partir de un mito maya que describe el lugar de adoración para el dios del maíz.